En mi contexto estoy discipulando a varias chicas que entran en dudas a veces fuertes a cerca de su identidad y camino con Dios. No les ayuda tanto recibir versículos que les habla la verdad, aunque esto es útil. Más que nada, ellas necesitan alguien que les va a escuchar, con quien tienen la confianza confesar cualquier duda, aún si sea tonta en sus ojos. Yo he tenido la oportunidad escucharles, conocerles, y contarles historias acerca de Jesús o otros personajes en la biblia que tenían las misma preguntas, y encontraban respuestas en la forma de Dios nuestro papá. Pero no es un proceso corto, y de mí requiere paciencia y compromiso a sus vidas, no solo a una reunión de discipulado sino mensajes entre semana, tiempos para compartir, jugar, etc. De ellas requiere estar dispuestas a compartir y ser vulnerables, y después escuchar y tomar un paso a alejarse de sus dudas, soltandolas a Dios.
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