El amor de Cristo está explícitamente incluyendo el llamado al cambio. Dios nos recuerda constantemente su amor salvífico y totalmente inmerecido, al tiempo que nos alumbra sobre la nueva identidad que ahora tenemos en Cristo y con ella la capacidad para vivir en santidad. Entonces, amo de manera correcta a otros cuando les acompaño y hablo con la verdad sobre sus pecados, y no los dejo allí sino que los llevo al Señor recordando que en su victoria sobre el poder del pecado está nuestra victoria personal sobre cada tentación y pecado, porque solo el amor y la gracia de Cristo puede llevarnos a ser santos por medio del ES.
Iniciar sesión
